Dentro de esta vertiente de la Psicología general, encontramos que
las teorías del aprendizaje social juegan un papel muy importante dentro
del conocimiento de la ciencia Criminológica. La base fundamental en que
se sustentan estas teorías corresponde a la hipótesis siguiente:
“La conducta que se presenta ante un individuo es un modelo de
acción posterior para el que participa de observador y posteriormente de
actor”. El aprendizaje por observación
abarca cualquier tipo de conducta de igualamiento, como la imitación; la
simple observación de la conducta del modelo parece ser suficiente para
promover el aprendizaje. El éxito o el fracaso en muchos aspectos de la
vida, es al fin
de cuentas el aprendizaje de los roles sociales que se manifiestan en una
cultura.
El aprendizaje por observación puede promoverse tanto por un modelo
desviado como por un modelo prosocial, y la ausencia de modelos apropiados puede
ocasionar deficiencias en la conducta; la persona puede estar simplemente mal
equipada para ser un miembro cooperativo de la sociedad.
El aprendizaje por
observación requiere la capacidad de desplegar actividad simbólica
así los símbolos sirven como mediadores entre las situaciones y
nuestras reacciones y acciones. Esto significa que el aprendizaje no nada mas se
puede transmitir de manera observacional sino también a través de
mecanismos simbólicos como las imágenes, conceptos y
representaciones verbales.
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